Marino José Pérez Meler nace en Santander en el mitad del siglo XX. Desde muy niño exterioriza sus preferencias por el mar y la analítica. Estudia Bachiller en Tarragona, donde su padre había sido destinado, y a los dieciséis años parte a iniciar sus estudios universitarios en la Ciudad Condal. Náutica es la carrera elegida. Sus compañeros, por entonces, comentaban sus continuas visitas a la Comandancia Naval y más concretamente al piso tercero donde se localizaba la Sección 2ª Bis: el Servicio de Información Militar. En 1968 se desplaza a La Coruña para completar allí sus estudios que finaliza en 1970.
Inicia su carrera como Oficial de Puente, concluye dos vueltas al mundo y en 1975 se traslada a los Estados Unidos para trabajar como asesor de una compañía petrolífera: la ESSO Petróleum Oíl Company. Centraliza su base en Houston, ciudad donde precisamente se ubicaba un campo de entrenamiento de la CIA. En 1978 regresa a España e ingresa por oposición en el Servicio Especial de Vigilancia Fiscal. Años más tarde y a instancias de sus superiores se diploma en Derecho Fiscal y Tributario. Tanto sus compañeros de carrera, de profesión o de ministerio precisan la gran libertad de movimientos de que siempre disfrutaba. Se llegó a comentar que desde 1972 trabajaba como analista para los servicios de inteligencia, pero nunca se ha podido precisar.
Pertenece a varias Órdenes Civiles y Militares como son: San Juan, Rodas y Malta; San Lázaro de Jerusalén, Yuste, Carlos V, Reino de la Corona de Aragón; Orden Imperial de Trevizonda y es en la actualidad el embajador de la Institución del Mérito Humanitario para Europa y la Santa Sede. Se halla en posesión de diversas condecoraciones.
Se retiró en 2007 y siempre manifestó que mientras estuviese en activo jamás trataría de publicar una historia. Por ética y por estética. En 2009 publicó “Días de otoño… ¿dónde está el Rey?”, agotada en su primera edición. En 2012 concurre al Premio Planeta de novela, con “El productor de sueños”, donde logra alcanzar la condición de finalista; y en 2013 con la obra “Las cuatro fases”, pendiente de publicación, consigue, asimismo, ser finalista del Premio Hispania de novela histórica.
En sus novelas siempre se entremezclan dos aditivos principales: realidad y ficción. Pero debe ser el propio lector quien, en su sabiduría o intuición, las delimite.