Nací en la Ciudad de México en 1967 y estudié la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde obtuve la medalla Gabino Barreda. En el año 2000, creé y dirigí el proyecto de revista cultural El Perfil de la Raza, en cuyo consejo editorial figuraba Miguel León Portilla, entonces presidente de la Academia Mexicana de la Historia. Trabajo para diversas editoriales y he publicado 31 obras en papel con varias editoriales y 46 en Amazon, entre las que se hallan dos novelas, varios volúmenes de cuentos, leyendas, un poemario, biografías de músicos de rock, diversos libros sobre historia de México y cuadernos de trabajo de varias materias.
Mi primer libro, la novela Una generación perdida, se publicó en la colección Voces de México, en la que figuraron autores mexicanos destacados, como Vicente Leñero, Emilio Carballido, Alejandro Licona, Luisa Josefina Hernández, Víctor Hugo Rascón Banda y Eusebio Ruvalcaba. El reconocido autor Juan Sánchez Andraka afirma en el prólogo de la primera edición: "Yo leí este libro. Más bien debo decir: Yo viví este libro. Debo agregar: Lo viví intensamente".
Uno de mis libros más vendidos es Cuentos mexicanos de horror y misterio. Próximamente aparecerán en papel mis libros sobre 50 figuras del rock clásico, 50 importantes músicos del metal gótico y 50 figuras del K-pop.
En un mundo donde parecemos alejados de nuestros semejantes y anhelamos que la magia de las narraciones fantásticas nos salve de la pena, hallamos que la propia vida puede ser un viaje maravilloso, siempre que sepamos valorar a quienes nos rodean y estemos dispuestos a ir siempre con ellos… sobre las alas del corazón. Sin duda, los pequeños y grandes amarán la historia del pequeño Mirka y el modo en que se resuelve su conflicto en la escuela, ya que cada línea está llena de sentido humano.
El reto de escribir para los lectores que empiezan
Escribir para los lectores que empiezan era difícil en la era en que imperaba la TV, y ahora la competencia se ha multiplicado, bien lo sabemos. Sin embargo, aún hay muchos pequeños amantes de los libros que han descubierto que es una experiencia única, personal, ser quienes creen los escenarios y el aspecto y movimientos y gestos de los personajes, y muchos otros detalles de las historias, tanto en tiempo, lugar y acciones. Pero creo que lo que menos importa a los niños al leer un texto de ficción es que los sorprendan son que los conmuevan, que les refuercen el placer de ir descubriendo día a día la riqueza del mundo y de cada experiencia. En la literatura pueden deleitarse con sabores, olores y colores a su ritmo y en la medida que quieran. Pero cuidado con defraudarlos. Nunca se debe disfrazar una mala historia de algo genial. Todo escritor debe ser humilde al narrar para quienes tienen la imaginación más despierta.
En cuanto al tema de las hadas, ya casi todo está dicho y las películas y series se han encargado de volver superficiales a los personajes de estas maravillosas historias que se alimentaban del folclor de naciones a veces milenarias, en que el símbolo, más que el signo, eran la parte fundamental. En pocas palabras se decía mucho de la maldad y la bondad humanas, de las fuerzas incontrolables de la naturaleza y de los misterios del destino, que juega malas pasadas muchas veces. Pero han venido las superproducciones a hacer de las hadas unas tontuelas, de las princesas unas neuróticas vanidosas y de los príncipes unos peleles cabezas huecas. No faltan los personajes deformes y graciositos, que repiten malos chistes de una película o serie a otra. Y los jovencitos lectores se deben tragar toda esa superficialidad, más cuando llega de países capitalistas que convirtieron a las obras de arte en mercancías.
Así que el reto es dar más vida a la vida de los amantes de los libros que empiezan a explorar el librero de los padres y las librerías, que van más allá de la sección para niños porque están cansados de que los editores y libreros los consideren unos idiotas. Quieren historias en que los personajes vivan y absorban cada instante y progresen en sus vivencias hasta convertirse en seres plenos con emociones genuinas y cada vez menos caretas para poder estar en sociedad. Los personajes planos les aburren y asquean. Por eso voltean a los clásicos europeos, esos que han sido simplificados en el cine, y descubren que Alicia no era tan boba ni la creación de Frankenstein un engendro cabeza hueca. Que hay más simbolismo y más sugerencias de las que las pantallas se atreven a mostrarles, pues para las superproducciones los seres completamente desarrollados en sus capacidades humanas, esos seres críticos y reflexivos, son un peligro. Y saben los que producen mercancía con envoltura de arte que no es fácil engañar por mucho tiempo al público muy joven, por eso prefieren hacer ver que lo viejo es polvoso y aburrido, que es mejor consumir lo que sus empleados con menos talento son capaces de crear con planes de producción muy bien establecidos.
Demos a los niños arte con alma, démosles más vida para encender más su vida y su viva imaginación.
¿Las hadas existen? ¡Qué demonios importa cuando estamos ante más magia de la que creíamos día a día si abrimos bien los ojos y nos dejamos llevar en las alas del corazón!
Título : ¿Existen las hadas? Sobre las alas del corazón
EAN : 9781005225421
Editorial : Sergio Gaspar Mosqueda
Edad, de : 5 años
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