Erick E. Pérez nació en Nicaragua en 1965. Estudió la escuela primaria en el colegio de monjas Santa Luisa de Marillac. Fue el mejor estudiante de su promoción. Durante las Fiestas Patrias compitió contra los mejores alumnos a nivel nacional. No ganó, quedó en cuarto lugar, pero eso le sirvió para que los padres jesuitas del Colegio Centro América le ofrecieran una beca de estudio. Concluyó su bachillerato no sin antes haber pasado por dos años de servicio militar en la década de los 80. Al finalizar entró a la Escuela de Medicina, UNAN Managua. Recibió su título en 1995. Años después migró a los Estados Unidos. Actualmente reside en California y no volvió a ejercer su profesión.
Comenzó a escribir pequeñas historias desde los doce años, atraído por los cuentos y novelas radiales de la época. En su adolescencia y juventud continuó escribiendo, pero dejó de hacerlo al ingresar a la universidad. Retomó el hábito como un pasatiempo una vez que se estableció en el nuevo país.
Novelas, cuentos y aforismos
La Calamidad
Nuestra Señora de La Calamidad
La lluvia cae por donde quiere
Los hilos torcidos
Asesinato en la biblioteca
El niño que perdió su bicicleta
Aforismos, apotegmas, adagios o como quieran llamarlos
Aphorisms, apothegms, adages or whatever you want to call them (inglés)
Libros infantiles (español e inglés)
Belda, la oruga
Belda, the caterpillar
El jardín encantado de Belda, la oruga
The Enchanted Garden of Belda, the caterpillar
Pelusa, la princesa cautiva
Fuzz, the captive princess
Pelusa y los cachorros
Fuzz and puppies
Los elefantes pueden olvidar
Elephants can forget
El reloj que no marcaba las horas
The clock that does not tell the time
Philip Lamb es un norteamericano aventurero. A principios del siglo XX decide viajar a Nicaragua. Su propósito es establecerse en el país y poder amasar una fortuna. El cultivo y exportación de café le ofrece esa oportunidad. Él emprende esa tarea en compañía de sus dos hijos.
Arthur Lamb, arrogante como su padre, capaz de expandir sus propiedades hasta lo inimaginable. Theresa Lamb, quien arribó cargada de ilusiones y llegó a ser el pilar que sostendría la familia.
Cuando todo marchaba según sus planes, los hilos de sus destinos empiezan a torcerse hasta formar una red de la cual nadie puede escapar.
Las ambiciones y el desamor resultaron ser una mala combinación. Poco a poco destruye sus sueños, concebidos sobre la miseria de sus trabajadores.
A lo largo de varias generaciones, la presencia de los Lamb se impone en la región cafetalera y aún en la peor de las desgracias, se resisten a abandonar la tierra extraña.
Cómo nació la novela Los hilos torcidos.
A finales de 1983 y principios de 1984 participé en los cortes de café en la zona de Matagalpa. La guerra estaba en su apogeo y los estudiantes íbamos con la disposición de ayudar a la economía del país. Los campesinos, quienes por lo regular cubrían esas áreas, no querían aventurarse en las zonas de conflicto. Los grupos armados habían cobrado sus víctimas. Aunque teníamos temor, había mucha disposición. Solo fui ese año. Después tuve que ir al servicio militar por dos años y luego a la universidad estudiar la carrera de medicina. Me tomó ocho años antes de obtener mi título.
Ese año bastó para darme cuenta de lo difícil que es la vida del campesino en la zona cafetalera y más de los que dependen del cultivo del grano rojo. Desde el inicio me quedé admirado de la belleza del paisaje cafetalero, pero también que, bajo la fronda de los árboles, la vida de los trabajadores es muy dura. Así que comencé a tejer los hilos de mi historia que me permitieran mostrar la realidad del campesino que es sometido por las cosechas. Pero no quería hacer un análisis sociopolítico, sino que deseaba plasmar el drama en papel y que mejor que una novela. Así que ese año de 1984 comencé a escribir la novela. Usé la vieja máquina de escribir de mi hermana y escribí con solo cuatro dedos. En cuestión de menos de cuatro meses quedó terminado el primer borrador.
El documento estuvo 34 años guardado en un cajón hasta que al fin fue retomado para ser pulido y poder ser presentado como la novela que es.
¿Qué cambios sufrió el documento original?
El título en un principio iba a ser: El destino a veces es rojo, por el color de las cerezas del café. Luego cambié de idea porque pensé que la vida de los personajes estaba conectada por hilos muy delgados que con el tiempo iban torciéndose.
El apellido de la familia estadounidense era Cranshaw, pero me incliné por algo más sencillo. Entonces escogí el de Lamb, por tener más simbolismo en la historia al significar «cordero» en español. En realidad, es un juego de palabras. En alguna forma algunos personajes eran lobos con piel de cordero.
También eliminé el uso del «vos» y las conjugaciones verbales que acompañan a este tipo de habla por el uso de tú y ti. El propósito era hacer la novela más universal. También desapareció el «deje» al hablar que en un principio les otorgué a los personajes campesinos. La razón fue la misma, aunque a mí me sabía más auténtico, pero son circunstancias en las que uno tiene que ceder si se quiere que la historia se comprenda mejor, sin tropiezos lingüísticos.
Después de esos cambios y varias revisiones la novela sale a la luz tal como está.
Título : Los Hilos Torcidos
EAN : 9781005680749
Editorial : Erick E. Perez
El libro electrónico Los Hilos Torcidos está en formato ePub
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