Natalia Ginzburg
Oriana Fallaci, que entrevistó a la autora, describió a
Natalia Ginzburg con estas palabras: «Ni guapa ni elegante, con rebeca y falda de color azul ceniza, con ese aire un pelín apagado de tía soltera y sin edad definida [...]. Pelo negro, pocas canas y un cuerpo compacto. Buenas piernas, de persona acostumbrada a caminar [...]. Desde luego parece una mujer sana, hecha para llevar cargas y dolores con entereza. Sorprende su voz, como de
femme fatale. Es como si fuera la voz de otra, y te atrapa, te fascina». Esa mujer fue una de las voces más importantes de la literatura italiana del siglo XX. Nacida en Palermo en 1916, pronto se trasladó a Turín y más tarde, ya casada con Leone Ginzburg, vivió en Roma hasta que su marido fue asesinado en una cárcel de la capital por las fuerzas fascistas. Entre sus obras más conocidas, además de
Léxico familiar, que en 1963 fue galardonada con el PremioStrega, destacan
Las pequeñas virtudes,
Querido Miguel,
El camino que va a la ciudad,
Familias,
Vida imaginaria,
La ciudad y la casa,
A propósito de las mujeres,
Todos nuestros ayeres y
Las tareas de casa y otros ensayos. Ginzburg trabajó muchos años como redactora para la editorial Einaudi en su sede de Roma, ciudad donde residía cuando murió, en 1991.
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