Ángel Castillo ha sido empresario desde los catorce años. Con treinta fumaba alrededor de sesenta cigarrillos diarios, lo que posiblemente, entre otros factores y según su neurólogo, le ocasionó un infarto cerebral. Esto le empujó a dar un cambio radical en su vida. Después de varios y costosos intentos para dejar de fumar, por fin dejó de arrastrar las cadenas tan pesadas que le unían a un cigarro. A partir de su liberación estudió la carrera de Psicología por la UNED, recibió numerosos cursos de inteligencia emocional, coach, hipnosis clásica, hipnosis ericksoniana y Programación Neurolingüística (PNL). En el año 2006 comenzó a impartir cursos por toda España, ayudando a miles de personas cansadas de fumar a abandonar el hábito.