Tenía los ojos abiertos, soñando sueños imposibles de alcanzar; mis pies estaban a un palmo del suelo, aquel palmo era la distancia entre mi vida y mi muerte.
Mi corazón aún latía y en mi boca había un sabor amargo, a sangre derramada, a poesía, dolor, llanto y pena.
Era preso de...
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