Olvidar el encierro,
el olor a naftalina,
la hipnosis de las agujas.
Dejar de pisotear
el horizonte pelado
de la punta de mis zapatos.
No esconderse más en la oscuridad,
dejar de rozar sus paredes,
no frotarse más a sus larvas.
Dejar de temblar de frío,
arrancar los clavos,
abrir...
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