Beatriz Sánchez. Valencia, 1998. Tuve la suerte de nacer en una ciudad preciosa. Valenciana y fallera de todo corazón o, como suele decir mi madre, hasta la médula. Crecí rodeada del amor por las letras y del amor en sí mismo; hasta que descubrí que la poesía era exactamente eso para mí. Terminé mi grado en Magisterio en el año 2020 y, en ese momento, me confirmé a mí misma lo que ya sentía tiempo atrás: los niños y los versos siempre serán mi mejor reflejo. Podría decirse que llevo 23 inviernos viendo poesía donde no la hay. O quizá sí. Todo depende de cómo mires.
No sé en qué momento la poesía tocó a mi puerta. Supongo que, como todo lo bonito, no avisa. Así que solo sé que tuve que dejarla entrar. A lo largo de estas páginas, se encarnan procesos propios y ajenos. La intensidad del sentir, la apreciación de todos esos pequeños momentos de...
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