Al otro lado de la piel está el poso de lo que han dejado los años.
Los riñones, el hígado, el corazón y lo que no curó y se enquista.
Al otro lado de la piel está lo de verdad, sin filtros, sin juicios.
Y allí, debajo de la epidermis, de la dermis y de la hipodermis, se entierran...
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