David Meléndez vio la luz del mundo en 1979, en una pequeña aldea, situado en medio de un paraíso de expresión botánica, en el litoral derecho del serpenteante río Pisqui, en la cuenca oriental de la magnificencia selva amazónica. Desde pequeño, se interesó por las verdades reales de la ciencia y la atractiva belleza del arte. En ese afán, pronto despertó consideración a las verdades de la ciencia, a la filosofía y a la experiencia; a las bellezas de la creación física y al encanto del arte intelectual. En el mismo hilo de contemplación, tal cual el alfabeto constituye el mecanismo del materialismo y las palabras el significado de cientos de pensamientos, así también logró constituir el desempeño de su mente al arte y a la filosofía hasta la contemplación de las realidades y de los valores universales.
Siguiendo el hilo invisible de sabiduría hasta su explosión final.Apenas tenía doce años y en la mente de Darick se arraigaba el deseo de ser no solo ese escultor que esculpe las diademas del corazón, acaso también, un escultor maestro del albedrío. Años más tarde, en el afán de...
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