Emilio Alarcos Llorach estudió Filología Románica en las Universidades de Valladolid y Madrid. Fue catedrático de Instituto en Cabra (Córdoba) y Logroño. Desde 1950 fue catedrático en la Universidad de Oviedo, primero de “Gramática Histórica de la Lengua Española” y luego de “Lengua Española”, hasta su fallecimiento. En ella desarrolló su labor académica e investigadora, en la que llegó a ser uno de los lingüistas españoles más relevantes de la segunda mitad del siglo XX. Ingresado en la Real Academia Española en 1972, tuvo el encargo de redactar la nueva versión de la Gramática académica, sin renovar desde 1931 (el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, de 1973, no llegó a cuajar, pese a su valía, como gramática académica oficial). La obra, finalmente, salió con su autoría personal, en 1994, como Gramática de la lengua española. Alarcos no solo fue un gramático: su formación filológica se manifiesta en sus numerosos estudios sobre historia del español, y también del catalán, siempre desde una perspectiva teórica funcionalista. Buen conocedor de las variedades del español y de la Península, colaboró en las etapas iniciales de la revitalización del habla asturiana, proyecto del que se desvinculó prontamente. Finalmente, su interés por la lengua literaria, y en especial la poética, es patente, tal como muestran sus estudios, entre otros sobre Blas de Otero y sobre su amigo Ángel González.