Fernando de Herrera (1534-1597) pasó toda la vida en su Sevilla natal. De origen humilde, estudió posiblemente en el colegio del humanista Rodrigo Fernández de Santaella, donde aprendería buen latín. No realizó estudios universitarios y obtuvo un beneficio eclesiástico en la parroquia de San Andrés, sin recibir órdenes mayores, cosa que le permitió gozar de una modesta renta y consagrar sus energías al estudio y la escritura. Formó parte del cenáculo intelectual de Juan de Mal Lara, uno de cuyos personajes clave fue Álvaro de Portugal, conde de Gelves, a quien también estuvo estrechamente vinculado. Publicó relativamente poco y es recordado por las Anotaciones a la poesía de Garcilaso de la Vega (1580), trabajo de enorme erudición, suma de poética y retórica al servicio de la elucidación del gran poeta toledano, y sobre todo por su propia colección poética, Algunas obras (1582), dechado de precisión clasicista y exquisitez lírica. Admiradores y amigos de Herrera, encabezados por el pintor Francisco Pacheco, publicaron en 1619 un grueso volumen de Versos del sevillano, muchos de ellos inéditos.
Edición de María Teresa Ruestes con la colaboración de Antonio Ramajo y José Solís de los Santos.Fernando de Herrera publicó relativamente poco y es recordado sobre todo por su propia colección poética, Algunas obras (1582), dechado de precisión clasicista y exquisitez lírica. Admiradores...
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