XXI
Empieza a llover. Y pasa otro olvidado
repensando sus sinsabores y sus días,
distraído. Respiro profundo. Y atravieso
la alambrada de tu risa placentera.
Y siento tus enigmas con el orbe
a solas. Y, al fin, mi terca angustia
por acabar nunca nada.
Hablo solo. De nosotros. Mordiéndome...
Más información