Este escritor anónimo, que suscribe la obra con el seudónimo de Gustavo Vallejo, es ingeniero de profesión, conoce buena parte del planeta y ha dedicado su vida al trabajo, la familia, la pesca deportiva , las biotecnologías y a elaborar proyectos y dirigir obras para el desarrollo. Su trabajo, muy rara vez ha estado exento de las presiones de la corrupción, desde que se inició en 1964. Hoy, después de cincuenta y ocho años, sigue en lo mismo: luchar por la calidad de vida que nos merecemos, por el medioambiente y contra la corrupción.
No necesitamos la maldad. La indiferencia ya es suficiente.La perforación de dos pozos petroleros en la selva del Perú, después del supuesto boom que parecía indicar que había un mar de petróleo bajo la Amazonía, trae, sobre la mesa, intereses ocultos. Esta ficción pretende mostrar,...
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