Aquel árbol grita.
Su sabiduría puede acabar seca.
Su savia reclama agua.
Sigue gritando aquel pobre árbol.
Y un niño obeso, hijo de la sinrazón, grita maleducado
por su capricho.
Y la madre, fraude contra natura, ceba al cerdo de
insanos momentos, de acciones que pesarán después....
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