José de Espronceda (1808-1842) tuvo una trayectoria meteórica que no le impidió brillar como el más eminente poeta del primer romanticismo español. Desterrado de Madrid con tan sólo diecisiete años, estuvo en un monasterio de Guadalajara y en Portugal antes de recalar en París, donde participó en las oleadas revolucionarias de 1830. Al volver a España al concedérsele la amnistía tras la muerte de Fernando VII, Espronceda se dedicó con ahínco a la política y al periodismo sin abandonar por ello la actividad literaria que ya había ido desarrollando con los años. Es así que en 1840 escribe un volumen de sus
Poesías con tal éxito que lo encumbraría hasta su muerte, dos años después, de difteria.
Basado en las fábulas tradicionales del burlador y del estudiante Lisardo, El estudiante de Salamanca es un poema narrativo que bajo los mejores parámetros románticos narra la locura de su protagonista, la visión del propio entierro y la mujer transformada en esqueleto. Por su...
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