A Suín casi nadie lo puede ver, ni siquiera tocar, y solo puedes oírlo si prestas mucha atención. Tampoco lo puedes olfatear, porque no huele a nada, y si lo pudieras engullir, algo que sí es posible, notarías que no sabe a nada. Sin embargo no es difícil conocerlo y, cuando lo consigues,...
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