En un Paraíso en la que es el amo absoluto, Dios se comporta como el Señor de la Biblia. Pagado de sí mismo, tiene dos caprichos exclusivos, los puros y la ginebra. Descubre, por el Espíritu Santo, que está siendo robado de esos objetos tan preciados y además, que Jesús cultiva marihuana...
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