¿Qué hace que las contratapas de los viernes de Juan Forn sean tan adictivas? ¿Por qué sus lectores se pasan unos a otros el dato como si fueran miembros de una secta de elegidos? ¿Es por su estilo, que tiene la precisión de un relojero y la infalibilidad de un lanzador olímpico?...
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