¿Os imagináis cómo sobrevive una chica humilde, cajera de un supermercado para ayudar a que su familia coma lentejas tres veces por semana, a la que llaman «la hija del mecánico de Parla», instalada en una enorme casa y rodeada de criados? ¿No? Yo tampoco.
Si esto fuera un diario...
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