Todo empezó a los doce años, cuando gracias a una casualidad y a un golpe de suerte, descubrí qué es el software libre. Me aventuré a crear mi propio proyecto, Asturix, que comenzó como un sistema operativo muy fácil de usar, libre y gratuito. Fue entonces cuando me di cuenta de que llevaba seis años siendo alienado por un sistema educativo totalmente obsoleto que de forma imperceptible minó mi creatividad e ilusión durante años. Me rebelé contra ese sistema y decidí dedicar mi tiempo a mi pasión, convirtiendo Asturix, después de años de esfuerzo, en un proyecto de índole internacional y premiado mundialmente. Después seguí creando y creando más proyectos y más innovaciones siempre aprendiendo de mis triunfos y fracasos. Aprendí que los valores comúnmente inculcados en nuestra sociedad ya no valen para este siglo, en el cual debemos usar la creatividad y la inspiración para añadir valor y salir adelante. Conseguí fama mediática y gané el premio al mejor programador joven de Europa de 2011 en Berlín. Adquirí mis conocimientos de forma autodidacta, ya que sólo tengo el título de la ESO, puesto que me suelo codear con doctores y gente que me triplica en edad. Lancé otra empresa, Holalabs, y fracasó. Aprendí que soy humano y que nada es tan fácil como lo pintan en las películas de emprendedores famosos. Ahora, con dieciocho años, me encuentro lanzando dos nuevas empresas: Cardwee, de tarjetas de fidelización, y Meetpays, de moneda virtual. También estoy poniendo en marcha una incubadora para jóvenes de doce a dieciocho años, Asturix Incubator. Recientemente he sido nombrado asesor joven de la Vicepresidenta de la Comisión Europea. Emprendimiento, innovación, creatividad y frescura son mis valores. Y no me gusta perder el tiempo.