Luis Quiñones de Benavente (1581-1651) fue poeta y dramaturgo. Con Cervantes y Quevedo forma la tríada de los mejores autores de teatro breve de la primera mitad del siglo XVII.
Comenzó componiendo los tonos de los bailes que acompañaban los entremeses hasta que decidió escribirlos él mismo en la década de 1620. Benavente se hizo cortesano, incluso llegó a gustar a Felipe IV, y en la década de 1630, coincidiendo con la inauguración del Buen Retiro, compuso sus entremeses y bailes para representar en el Real Sitio.
Fue el momento de máximo esplendor del entremesista.
A finales de los años treinta, Benavente tiene que retirarse del teatro debido a sus enfermedades. Y en 1651, totalmente alejado del mundillo dramático, murió en la miseria más absoluta.
Benavente es el entremesista más importante de su tiempo, monarca del género breve desde principios de siglo hasta finales de la década de los treinta. A él se le debe la gran creación cómica de Juan Rana y también el inicio de un tipo de piezas híbrido en el que se mezclaba la música, el canto y el baile con la acción dramática. Benavente estiliza la pieza breve, la dota de agilidad y musicalidad, sustituye el final en palos del entremés primitivo por otro final bailado, más del gusto de sus espectadores y, sobre todo, utiliza con tal maestría el lenguaje que algunos críticos han dicho que rivaliza con Quevedo en el manejo del mismo.
Con sus obritas el éxito de las comedias estaba asegurado, como confiesan sus contemporáneos ,y quizá por eso, con razón, se le ha denominado el «Lope de Vega del género chico».
Uno de los muchos entremeses escritos por el toledano Quiñones de Benavente, representado por Cosme Pérez, más conocido como "Juan Rana", célebre actor cómico del siglo XVII.
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