¿Estoy loca?, decídmelo vosotros. Una broma cruel, mi vida destrozada y una extraña presencia, amiga y enemiga, que me susurra sin descanso: «abre la puerta, Inés».
«Me habían mordido. Estaba infectada. Mi marido sonreía con satisfacción. Daniel no comprendía que nos había condenado. Me transformaría en un zombi, pero él sería mi primera comida»
Pantalla :
Puede que no esté disponible para la venta en tu país, sino sólo para la venta desde una cuenta en Francia.
Si la redirección no se produce automáticamente, haz clic en este enlace.