A los 45 años toqué fondo, llegué al vacío más doloroso y solitario. Es un hoyo. Es experimentar la pena más desgarradora y siniestra; es sentir que todo duele, todo molesta, todo hiere. No deseo levantarme, ni vestirme, ni escoger la ropa. Aunque afuera la vida transcurre normalmente,...
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