1755. Manuel de Ágreda, con solo trece años, acaba de ver morir a su padre, un pobre mendigo ciego. A pesar de ello, al fin su hermano ha accedido a su deseo de enseñarle el oficio de maestro arquitecto y va a trabajar como aprendiz en el taller del retablista Félix de Ortega. Allí...
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