«Borracho, comenzó a acariciarme las piernas. Me alejé rápidamente porque no me gustó. Quise irme a mi pieza avanzando hacia atrás, pero él saltó como un león y me amenazó…», cuenta Nelly, una mujer de la comuna de Cerro Navia que, a sus escasos seis años, debió aprender a sobrevivir...
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