Toda mi vida —para bien o para mal— la he construido día a día sin el amor ni la ayuda de nadie. También dejo constancia de que he conocido muchos hombres buenos, pero, por desgracia, a mí me tocaban los que no lo eran tanto. Mi pasión siempre han sido las letras y esta pasión me sirvió para poder expresar mis sentimientos más remotos y dolientes sobre papel y así poder sacar todo el dolor que arrastre una gran parte de mi vida. Mis estudios son básicos, leer, escribir, restar, sumar, multiplicar y dividir es todo lo que aprendí hasta que cumplí los catorce años, cuando empecé a trabajar en una fábrica de hilaturas. Con veintitrés años, ya era madre de dos chicas y un chico, soy abuela de seis nietos, todos varones. Creo firmemente que la edad no representa lo que eres, sino lo que has sido y eres capaz de hacer. Poder publicar este libro es un gran reto para mí y una de mis muchas ilusiones.
No se entendería la historia de la protagonista si no se empezase a contar desde el día de su nacimiento. El mismo día en que su madre no podía estar al lado de otra hija que se moría porque la estaba pariendo a ella... He sido ¿violada?, ¿forzada?, varias veces, me han hecho chantaje,...
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