En la antigüedad, todas estas cosas daban mucho miedito, pero hoy en día, curiosamente, los seres que pueblan este libro son animadores a los que buscamos en nuestros momentos de ocio. ¡Qué fuerte!, ¡ni que fueran payasos...! ¡Si el fantasma de Canterville, del bueno de Wilde, levantara...
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