Sus artículos e investigaciones sobre la sociología de la delincuencia, le han
convertido en una de las máximas autoridades en el mundo de la seguridad
privada.
Estamos ante un autor de otro tiempo, metafórico y autodidacta; en su
opera prima: COLORES, (ambientada en la postguerra española) abandonó al
Guerrero del Antifaz, se unió al Capitán Trueno; y silenció las marchas
militares.
En EL DIARIO DE HÉRCULES, el nihilismo alcanza su cumbre y sitúa al lector
frente a un espejo convexo, para hacerle una inquietante pregunta: ¿Vives
realmente, o todo es una fantasía?
En la institución, la carta del loco se repite machaconamente a cada tirada y los internos rezan su letanía, sentados en un andén donde nunca se detiene el tren de la vida. «Los que estamos aquí por fraternal condena, con vuestro látigo seamos bendecidos, que llantos, gritos y alaridos,...
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