Rafael Orihuel nació en Gandía. Durante una de esas gripes que se pasaban en cama, leyendo esos libros de
Bruguera mitad texto mitad tebeo, sintió el deseo de pasar al otro lado de las páginas: «Algún día —se juró—, yo
también escribiré libros».
Desde entonces, ha escrito y ha leído, más lo segundo que lo primero, «en el fondo —dice—, son la misma cosa»,
pero también ha trabajado, ha amado, ha viajado, ha reído y ha vivido. La vida le ha dado una mujer, dos hijos,
amigos, gatos y muchos libros. Un par de ellos son fruto de su pluma: De la duración del amor y El surco es el alma
del vinilo.
Tras escribir decenas de relatos, algunos de los cuales fueron premiados en concursos, quiso aventurarse en la
novela. Por suerte, Montaigne se le apareció a tiempo y le dijo: «Eso no es lo tuyo; contémplate a ti mismo y sé tú
tu mejor argumento».
www.rafaelorihuel.com
«Así, lector, soy yo mismo [Y TAMBIÉN TÚ] la materia de mi libro; no es razonable que emplees tu tiempo en un asunto tan frívolo y tan vano».Inducido por el recuerdo de una rara experiencia vivida en su infancia, el autor emprende un viaje a un tiempo
irrecuperable, en el que...
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