Santiago Almada nació en la ciudad de Resistencia, capital de la provincia del Chaco, Argentina, el 19 de agosto de 1956.
Fue detenido por razones políticas en 1975 y estuvo preso durante la dictadura militar que gobernó la Argentina desde 1976 hasta 1983. Fue liberado en 1981 y continuó viviendo en la ciudad de Resistencia. Se graduó de bachiller en 1983 y cursó estudios universitarios de literatura y bibliotecología en su ciudad natal.
Ganó un concurso de poesía en la categoría estudiantes secundarios en 1974 y el tercer premio en otro concurso provincial de poesía en 1981.
También ganó el primer premio de un concurso de cuentos en 1997.
Trabajó como profesor de literatura en diversas escuelas de enseñanza media en la Argentina durante dieciséis años, desde 1984 hasta el año 2000. También fue corrector en el matutino Diario Norte de Resistencia desde 1990 hasta el año 2001, cuando se trasladó a la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, donde vive desde entonces con su pareja, la doctora en comunicación y periodismo Ana Bélgica Güichardo.
Es padre de dos hijas, Alejandra Daniela, nacida en 1984 y Ana Paula, nacida en 2001.
En Santo Domingo trabajó como corrector de estilo en el periódico El Caribe desde 2001 hasta 2006, fue editor de contenidos en el Semanario Clave entre 2006 y 2009, posteriormente director general en la Revista Mercado y desde 2009 se desempeña como editor de contenidos en Diario Libre, donde actualmente es jefe de edición del periódico impreso.
Su pasión por la lectura y la escritura comienzan en su infancia, aunque en principio solamente le interesaba la poesía, comenzó a escribir novelas y cuentos desde los años noventa. Es autor del volumen de relatos Pongamos que hablo de mujeres, publicado en 2009, también publicó en Amazon, en formato virtual, la Trilogía de Mitri Jiménez, compuesta por las novelas El paso de los lobos, Comida para serpientes y El exilio del buitre. Es autor de más de diez novelas que hasta la fecha permanecen inéditas.
La temática de sus ficciones tiene siempre un trasfondo de suspenso policial en el que las incógnitas se van develando de manera paulatina para sorprender al lector con un final casi siempre imprevisto. Sus personajes son personas comunes que se ven envueltas en conflictos de manera casual y se enfrentan a poderosos enemigos a los que derrotan con su inteligencia.
La última muerte fue escrita entre 2015 y 2017.