Ha pasado más de una década desde que mi amigo Theo ofertó a los lectores un libro de “cuentos rurales” matizados por el almizcle de la antropología y acompañado por un riquísimo glosario de términos autóctonos. El códice, con humor, se titula: PARA QUE LO SEPAS. Ahora vuelve a experimentar con la prosa narrativa, sazonada de versos oportunos, en ámbitos urbanos con 27 propuestas de distinta extensión y tono, enjaezadas con simbolismo erótico, crítica solapada y pasión por escribir obediente a la sorpresa y la originalidad como bálsamos contra la indiferencia y la desidia.
Esta nueva experiencia libresca se titula FIEL DE LA BALANZA. Es un libro diverso y atractivo donde prima la belleza en el cincelado de las palabras.
Mi amigo Theo Acedo Díaz es autor por antonomasia al aportar algo nuevo siempre a lo existente por el acarreo de su nutrida y larga experiencia escribana. La mayor parte de su obra está editada y distribuida desde su primera colaboración en el Diario Extremeño en la primavera de1987 que dirigía Rafael García Plata.
Sus inicios en estas lides se hallan en la escritura científica de la mano de la Historia del Arte con lo que ha desarrollado el rigor, la precisión, la meticulosidad de las descripciones, la sensibilidad para reconvertirse en el río de caudal creativo que hoy admiramos en cuyo acervo (40 años de empeño) se halla una considerable obra periodística (artículos) importante en periódicos y revistas de diferentes tonos, simultaneándolo con participación en congresos científicos, reseñas, crítica…, prólogos, solapas…, y libresca. Ya se corea en círculos literarios cada vez más amplios que Theo Acedo es, no sólo polifacético, sino polivalente sin escatimar esfuerzo.
Es autor que siembra para que su semilla ofrezca frutos útiles a tenor del aforismo de Rabindranath Tagore.
Así es Theo con esa “h” muda que él humaniza como emblema de honradez y humor; hermosura y honor; de hermandad, de humanista y humorista sin humos…, inquieto pero paciente, humilde, sencillo, libre, generoso al compartir su vida divertida, sus desvelos intelectuales y artísticos con sus amistades. Ay, esa “h” muda que a todos hace sonreír.
Por todo esto, gracias Theo y que tu Gran Premio (él desdeña los demás) siga siendo el entusiasmo que “echas” a todo pues no ignoras que con su carencia nada tiene sentido.
IULLIANA GERMÁN THELL