Tomás de Iriarte (1750-1791), proveniente de una familia culta y distinguida, llegó a Madrid desde Puerto de la Cruz, Tenerife, con tan sólo catorce años. Allí realizó sus estudios de latín, griego y francés, gracias a los cuales pudo suceder a su tío como traductor de la Secretaría de Estado en 1771. Compaginó desde entonces sus tareas oficiales con su trayectoria literaria, iniciada con traducciones de piezas de teatro francesas y del
Arte poética de Horacio, y que seguiría con la composición de poemas, obras de teatro de contenido mayormente satírico y sus célebres
Fábulas literarias, con las que se jactaba de ser el primer introductor del género a nuestras letras, lo que le supuso una contienda con el que hasta entonces había sido su amigo, Félix María de Samaniego, que había editado sus
Fábulas tan sólo un año antes. Aquejado de gota, Iriarte murió en Madrid el día antes de cumplir 41 años.
El núcleo literario de uno de los más grandes fabulistas de las letras hispánicas. Edición de Emilio Palacios Fernández, catedrático de literatura española en la Universidad Complutense de Madrid Perteneciente a la segunda generación neoclásica junto a autores como Samaniegoo Meléndez...
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