William Butler Yeats nació en Dublín en 1865 y pasó su infancia en la provincia de Sligo, escenario primordial de
El crepúsculo celta. Hijo de un filósofo y pintor al que apreció más por sus óleos que por su trato, creció a la sombra de Susan, su madre, que amaba Irlanda en la misma medida en que odiaba todo lo inglés.
La muerte de Yeats en el invierno de 1939 significó el fin de una era. El poeta recibió en vida un reconocimiento impar; ha sido tan leído y discutido en la cultura inglesa que sus biógrafos apenas dedican unos párrafos a señalar que además obtuvo el Premio Nobel.
Sujeto ideal para éstos, hizo de la relación amorosa algo tan intrincado, enigmático y versátil como su poesía. Su interés en todas las sombras del ocultismo pobló su destino de claves herméticas. Los masones, los astrólogos, los rosacruces y los orientalistas no acabarán de descifrar sus enigmas. [...] Puede decirse que Yeats se perfila a través de sus opuestos: mago y empresario, idealista y calculador, rebelde y aristócrata, anacoreta y dandy.
La obra de algunos poetas "torrenciales" como
W. B. Yeats, en ocasiones por inabarcable, en otras por desigual, gana (o sus versos invitan mejor a la lectura) cuando se presenta una muestra representativa de la totalidad. Esta antología ha querido tomar como medida la que en su...
Más información