Luis Coloma
Luis Coloma Roldán (1851 - 1915), conocido también como el padre Coloma, fue un escritor, periodista y jesuita español. En su faceta de autor de literatura infantil y juvenil creó el personaje del Ratoncito Pérez.Fue hijo de un célebre médico, Ramón Coloma Garcés casado en segundas nupcias con Concepción Roldán . A los doce años entró en la Escuela Naval preparatoria de San Fernando (1863), pero lo dejó para licenciarse en Derecho en la Universidad de Sevilla coincidiendo con la trascendental revolución de 1868, hacia la cual el joven jerezano mantuvo una actitud hostil que reflejaría en sus escritos. De esta época data su amistad con Fernán Caballero, ya anciana entonces, sobre la que escribiría unos Recuerdos. Luego se trasladó a Madrid, donde trabaja como pasante en el bufete del abogado Hilario Pina. Empezó a frecuentar tertulias elegantes y a colaborar en distintos periódicos defendiendo la Restauración de los Borbones (El Tiempo. Periódico político de la tarde de Madrid y El Porvenir de Jerez).Una grave herida en el pecho en 1872, cuando limpiaba un revólver, afianzó su decisión de dedicarse al sacerdocio en la Compañía de Jesús y marchó a Francia con la orden de hacer allí el noviciado; ingresó en 1873 en el seminario de Châteaux de Poyanne, en Las Landas, donde permanecerá hasta 1877. En 1874 es ordenado dentro de la Compañía de Jesús. De vuelta a España se le destinó a tareas educativas en centros de Sevilla, Galicia, Murcia y Madrid. No por ello abandonó el periodismo y se consagró por entero a la literatura. Pasó del costumbrismo y los relatos cortos de sus Lecturas recreativas (1884) a la sátira social de la novela Pequeñeces (1891), que se considera su obra maestra.La aparición de este trabajo, primero por entregas en la revista bilbaína de los jesuitas El Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús durante los meses de enero de 1890 a marzo de 1891, y este último año en dos volúmenes, suscitó un gran revuelo, al asociarse algunos de sus personajes con seres de existencia real, pero también por la pintura de una alta sociedad viciosa y mundana, la nobleza colaboracionista con el advenimiento del régimen liberal de la Restauración. El Heraldo de Madrid abrió un concurso de opiniones sobre Pequeñeces y durante quince días estuvo publicando críticas y erróneas interpretaciones que molestaron sobremanera al autor y a la Compañía y le impulsaron a cultivar desde entonces temas menos polémicos. A favor del autor se declaró doña Emilia Pardo Bazán en su revista Nuevo Teatro Crítico, alabando el realismo naturalista de su texto pero censurando el integrismo de su autor. Entre las críticas adversas destacó la de Juan Valera, quien evidentemente picado por el éxito de Pequeñeces, señala con ironía supuestas contradicciones del novelista a la hora de moralizar en Currita Albornoz al padre Luis Coloma; se hizo célebre una frase suya en ese sentido:..La novela hubiera sido mejor sin ser sátira, y la sátira mejor sin ser novela, y el sermón retemejor si no hubiera sido ni novela ni sátira..
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