Llàtzer Moix (Sabadell, 1955) fue durante cerca de veinte años responsable de la información cultural de La Vanguardia, diario barcelonés en el que ahora ejerce como subdirector, editorialista, columnista y crítico de arquitectura. Entre sus libros se cuentan La ciudad de los arquitectos (1994), un texto clásico sobre la transformación urbana y arquitectónica de Barcelona ante los Juegos Olímpicos de 1992; Arquitectura milagrosa (2010), donde describió la fiebre de la arquitectura icónica extendida por España tras la apertura del Museo Guggenheim en Bilbao; y Queríamos un Calatrava (2016), sobre la controvertida obra del arquitecto valenciano. Es también autor de otros títulos de periodismo cultural, como Mariscal (1992), Wilt soy yo (2002) o Mundo Mendoza (2006).
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Santiago Calatrava es el arquitecto de origen español con mayor notoriedad global. Sus llamativos edificios blancos, de inspiración orgánica y lenguaje inconfundible, se levantan en una veintena de países, dando forma a estaciones de tren, puentes, aeropuertos, auditorios, museos, rascacielos o estadios. En los años del cambio de siglo, cargos públicos y promotores privados tanto europeos como estadounidenses se disputaron sus servicios, convencidos de que garantizaban un plus de visibilidad y éxito, de que contribuirían decisivamente al progreso de su comunidad. Calatrava era entonces una figura admirada, deseada y consentida prácticamente sin reservas. Pero, poco a poco, la percepción del arquitecto, ingeniero y creador plástico nacido en Benimàmet y afincado en Zúrich fue transformándose hasta invertir su signo. En el último decenio, su presencia en los medios de comunicación ha estado dominada por informaciones relativas a sus excesos, y muy marcada por la crítica y el reproche. Queríamos un Calatrava se propone averiguar, detallar y exponer las causas de tal transformación. Con ese objetivo, Llàtzer Moix ha visitado algunas de las principales obras de dicho arquitecto, en Atenas, Malmö, Milwaukee, Nueva York, Venecia o Zúrich; también en diversas ciudades españolas, como Barcelona o Valencia. Y ha conversado con los clientes que las encargaron, con los colaboradores del arquitecto que desarrollaron los proyectos, con sus usuarios y con otros expertos. En esta pesquisa han aflorado algunas constantes: demoras, presupuestos multiplicados, renuncias sobre la marcha a rasgos definitorios de la obra, mantenimientos onerosos, incidencias varias y, a la postre, clientes inicialmente seducidos por el arquitecto que acabaron repudiándole e, incluso, dirimiendo sus diferencias con él en los juzgados. Calatrava es un profesional talentoso y singular, como acreditó en algunos de sus primeros trabajos y reconocen numerosos colegas. Pero su arquitectura presentada como un sueño ha revelado en no pocas ocasiones un envés de pesadilla.
Título : Queríamos un Calatrava
EAN : 9788433937391
Editorial : Editorial Anagrama
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