La obra narra los desesperantes azares del sacerdote andaluz, Miguel Orientes, que comienzan en la prisión del arsenal de La Carraca en Cádiz, en el año de 1816.
Había participado en la llamada Conspiración de San Blas en Madrid hacía casi veinte años, pagando condena en las mefíticas bóvedas de la Guaira, en la entonces Capitanía General de Venezuela.
El religioso jura dar hasta su último aliento, en su lucha contra la monarquía que asola a España y gran parte de América. En septiembre de 1816 obtiene su liberación, y luego de un periplo por varias islas del Caribe, incluido Panamá, llega a Venezuela. Allí se une de inmediato al miserable ejército republicano, liderado por Simón Bolívar, que se encuentra oponiendo débil resistencia a las organizadas fuerzas realistas, en la ciudad de Barcelona, al oriente del atormentado país.
En abril de 1817, luego que los republicanos, militares y civiles, resisten un estrecho sitio, que los deja sin agua ni alimentos, encerrados en un convento franciscano, bautizado como la “Casa Fuerte”, son invadidos salvajemente por el coronel Juan de Aldama, quien logra pasar a cuchillo a casi mil cuatrocientos personas, logrando sortear la degollina unos cuarenta, entre ellos Miguel y un joven mulato de nombre Matías, que se convierte en su ángel guardián.
En su huida hacia el sur, logran arribar a la ciudad de Angostura, ocupada por los republicanos. En esa importante ciudad, el religioso conoce a buena parte del primer contingente de inexpertos soldados británicos que acaban de llegar, con la intención de incorporarse al ejército patriota bajo el mando de Bolívar. Debido a los profundos y valiosos conocimientos de francés e inglés del sacerdote, es asignado para servir como traductor de los europeos.
En esa misma ciudad, Miguel conoce a un adinerado joven inglés de unos veinte años, llamado Richard Longfield Vowell, personaje histórico con quien establece una estrecha relación de respeto y amistad, que se consolida a medida que padecen los innumerables pesares e infortunios, en aquella guerra de exterminio, que duraría catorce años.
Al poco tiempo, el unificado ejército patriota parte rumbo a los llanos centrales para presentar batalla al experimentado ejército realista, comandado por el egregio y olvidado general español Pablo Morillo y Morillo, que con el título de “Pacificador”, llega a Venezuela, en abril de 1815, para aplastar fácilmente la incipiente rebelión que se está librando en esas tierras.
En medio de las sufridas y extenuantes campañas, realizadas por los republicanos, el sacerdote se sorprende ante la actuación del inexperto militar, Vowell, quien se bate con insólita bravura, defendiendo un territorio del que no es originario.
Pronto, Vowell comienza a escribir un diario en el cual registra las vivencias que resiste el sacerdote durante el pavoroso terremoto que destroza a Caracas y a buena parte del país en el año de 1812. En ese importante diario, el inglés también describe todo lo que observa y experimenta: la fauna y la vegetación de su entorno, así como los padecimientos de hambre, sed, enfermedades y muerte de sus compañeros.
En el año de 1818, la guerra se traslada a los calurosos y desolados llanos occidentales. Miguel, sabiendo que le resta poco tiempo de vida, debido a una extraña afección que azota a su piel, decide abandonar sus labores como traductor y se dirige a un apacible islote, en frente de las costas venezolanas, conocido como Chacachacare, para escribir todo lo que ha vivido en esa interminable guerra, desde el primer grito de rebelión ocurrido en 1810. Se despide con mucha tristeza de Vowell, sabedores ambos, que no se volverán a ver jamás. El incansable inglés opta por continuar en la contienda. Meses después, Bolívar decide traspasar la frontera e internarse con su exiguo y menesteroso ejército en el Virreinato de la Nueva Granada, para tratar de sorprender al general realista José María Barreiro, que con sus cuatro mil quinientos soldados, resguarda el paso hacia la capital, Santa Fe de Bogotá.
Morillo, quien para ese momento controla el norte del país, decide partir hacia Caracas, convencido de la imposibilidad de que Bolívar ascienda con éxito la ciclópea cordillera para dirigirse a Bogotá, una vez iniciada la temporada de lluvias. Bolívar no obstante, emprende la mortal travesía cruzando el inhóspito páramo de Pisba a más de tres mil cuatrocientos metros sobre el nivel del mar, con Vowell, entre sus hombres. Atraviesan precipicios y barrancos. El hambre y el frío, se llevan a más de quinientos de los hombres de Bolívar. Casi desnudos y famélicos, llegan el 25 de julio de 1819, al sector conocido como Pantano de Vargas, en donde, de forma insólita, logran derrotar a Barreiro, haciéndolo retroceder hasta Boyacá, y el 7 de agosto, es completamente derrotado, liberando así definitivamente el virreinato.
Richard Vowell, puede escribir y conservar en medio de las dificultades más grandes imaginables, todos sus apuntes, y una vez que regresa a Inglaterra, en el año de 1832, luego de catorce años de luchas en América, cargado de honores y reconocimientos militares por parte de Simón Bolívar, Bernardo O´Higgins y del almirante Thomas Cochrane, entre otros destacados jefes militares, luego publica tres libros: El Terremoto de Caracas, Las Sabanas de Barinas y Campañas y Cruceros.
El inglés, ya con treinta y siete años a cuestas, decide partir a trabajar en Norfolk Island, remota y peligrosa colonia penitenciaria ubicada en Australia. Allí padece la prisión, y corre el riesgo de ser sentenciado a la pena de muerte, debido a unos hechos muy confusos que se producen en esa penitenciaria. Finalmente es liberado, y decide pasar allí el resto de su vida. En 1870, a la edad de setenta y cinco años, y con una aventurada vida a cuestas, agoniza solitario en su lecho de muerte, portando un mechón de cabello de una dama que había conocido en los remotos llanos venezolanos. Richard Vowell, aquel atolondrado joven rico e inquieto de Oxford, que había dominado las más grandes privaciones, muere derrotado por la única prueba que no logra superar, en su prolongada y extraordinaria existencia: Ser correspondido por la mujer que amó.
De su legado literario, El Terremoto de Caracas y Las Sabanas de Barinas, son exquisitas obras de narrativa, mediante las cuales describe una gran cantidad de increíbles sucesos que se desencadenan durante la guerra, teniendo como protagonistas, a una pareja de jóvenes que luchan por casarse en medio de la tragedia. Campañas y Cruceros, es una crónica de los avatares que tiene que enfrentar cuando llega a Venezuela en el año de 1817, pasando por la nueva Granada, Quito y finalmente Chile, donde combate como Capitán de la Armada. Todas estas inapreciables obras son escritas bajo el seudónimo: “Un Oficial Ingles”. En 1837, son traducidas y publicadas al francés.
En el año de 1924, el Dr. Luis Romero Zuloaga, luego de paciente estudio y arduo seguimiento, consigue dar con la identidad del misterioso “Oficial Inglés”, demostrando de manera concluyente, que este heroico y misterioso personaje no podría ser otro, que el Capitán Richard Vowell.
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