EL SIGUIENTE tratado, La prueba del crecimiento del cristiano, fue impreso anteriormente durante el tiempo de mi ausencia fuera de mi país natal, y por esta razón tenía muchas imperfecciones e incongruencias tanto en el estilo como en la materia; las cuales, estando ahora de nuevo (por la buena mano de Dios sobre mí), me he esforzado por enmendar: de modo que, en parte por medio de alguna alteración en el método y marco del mismo, en parte por medio de la eliminación de algunas redundancias, lo he reducido a una forma mejor, y más cercana a sus compañeros.
El alcance y el modo de tratar este tema, el crecimiento, no es tanto doctrinal, ni tampoco exhortatorio, como persuadir o hablar del crecimiento de un cristiano en general, sobre lo que ya se ha escrito mucho por otros; pero el objetivo más apropiado de esto es resolver un caso de conciencia, (como lo han hecho los otros dos tratados anteriores míos,) a saber, Cómo discernir nuestro crecimiento, y responder a las tentaciones más habituales sobre él. Y siendo estos tres tratados del mismo tipo y clase, y perteneciendo propiamente a esa parte de la teología que llamamos divinidad de casos, he ordenado, por tanto, en esta nueva edición del conjunto, ponerlos juntos, (que es toda la alteración que he hecho,) aunque en su primera y única publicación se interpusieron algunos otros.
Si en el desempeño esto se queda corto de muchos más experimentos elevados de crecimiento que se encuentran en los que el apóstol Juan llama padres, cristianos ancianos, que con Enoc han caminado mucho tiempo con Dios; sin embargo, he esperado que ustedes que son hombres jóvenes, (como él también estila a la clase media de cristianos,) que puedan encontrar muchas cosas útiles para su correcta comprensión y juicio de su crecimiento, y que puedan librarlos de muchos errores al juzgarlo mal, y así consecuentemente de muchas tentaciones sobre ello, a las que esa edad de los creyentes es más peculiarmente incidente. No me atrevo a decir: 'Os escribo estas cosas, padres'; nunca lo he presumido en mis pensamientos. Yo mismo lo escribí y lo prediqué cuando no era más que joven en años, y por entonces mucho más joven en gracia y experiencia. Y no me atrevo (si el gran Apóstol, 2 Corintios. 10:14, no lo hiciera) a extenderme más allá de esa medida que Dios me ha distribuido: una medida que todavía puede alcanzaros a vosotros que sois jóvenes, aunque los cristianos más eminentes y maduros hayan ido mucho más allá de la línea de la misma.
El Dios de la gracia y la paz nos conceda a nosotros y a todos sus hijos espíritus que se esfuerzan por "decir la verdad en amor" en estos tiempos de división, "para que crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo", Efesios. 4:15.
Título : La prueba del crecimiento del cristiano
EAN : 9798201172503
Editorial : FELIPE CHAVARRO POLANÍA INC
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